Cada día es un aprender. La tristeza viene de la pérdida de felicidades, de sueños, de ilusiones, de planes, de objetos o personas queridas.
Todos los días lloro, lloro y vuelvo a llorar. El día que la pérdida se consuma se que no dejare de llorar.
He aprendido que llorar no es sufrir. Llorar es recordar, desahogar, respirar, sentirse vivo con el cuerpo y alma.
Es necesario para estar bien entender que uno depende de los demás, que lo que nos rodea nos afecta en ocasiones de formas inimaginables, por consiguiente nosotros tenemos un efecto fuerte en los demás. De aquí rescato dos cosas, es necesario apoyarse, rodearse de seres que compartan nuestros valores y principios, esto tendrá un efecto positivo en tu entorno. Y será la base de apoyo cuando los necesites. Lo siguiente es ser esa persona que tenga efectos positivos en los seres que nos rodean, ser un apoyo y servir. Hay mucho bien que uno puede lograr siendo una persona confiable y servil.
Todo esto que escribo es para no olvidar de donde vengo y como nuevamente como todas las lecciones importantes en mi vida ha estado presente esta persona que tanto amo.
Gracias Padre
1 comment:
Ánimo Vic Vic. Dicen que las tristezas compartidas son más llevaderas... Qué bueno que compartes la tuya aquí, pero también hazlo con tus amigos de manera proactiva. En serio sabes que tienes un chingo de gente que te queremos un montón y que estamos para lo que necesites. No te esperes a que te preguntemos. En una semanita estaré por ahí para estar más cerca. Abrazo fuerte. Tqm.
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